Resumen: El nuevo papel de los Estados
modernos exige ajustar los fines para los cuales fueron creados a las necesidades
que requieren solucionar sus ciudadanos. Las transformaciones producidas a raíz
de la pérdida de capacidad del Estado en resolver los múltiples problemas
públicos, las severas crisis económicas y el desgaste del papel que jugaron los
partidos políticos en las democracias latinoamericanas, conllevaron a la
aparición de la participación ciudadana en contraposición al modelo
representativo que prevaleció en el siglo XX. Los Consejos Comunales en Venezuela
vienen a cumplir una función social que les permitirá de manera organizada y
capacitada, coadyuvar en conjunto con las diferentes instancias del Poder
Ejecutivo y Legislativo en la solución de las diferentes problemáticas públicas
y brindarle al sistema democrático venezolano un aliento de legitimidad que le
permita seguir avanzando en el proceso de desarrollo económico y social.
Palabras claves: Participación, políticas
públicas, transparencia, eficacia, eficiencia
Abstract: The
new role of the modern state requires adjusting the purposes for which they
were created to address the needs that require their citizens. The
transformations following the loss of state capacity in resolving the many
public problems, the severe economic crises and wear the role played by
political parties in Latin American democracies, led to the emergence of
citizen participation as opposed to the model representative that prevailed in
the twentieth century. The communal councils in Venezuela come to fulfill a
social function that will allow an organized and trained, contribute together
with the various bodies of the executive and legislative branches in solving
various problems public and give the system a breath of Venezuelan democratic
legitimacy that allows you to move forward in the process of economic and
social development.
Keywords: Participation, public policy, transparency,
effectiveness, efficiency
Introducción:
“En el mundo contemporáneo las sociedades se catalogan
más democráticas en la medida de quienes han recibido la autoridad, comprendan
que su primer deber debe estar vinculado a la rendición de cuentas ante los
ciudadanos que le confiaron el poder para solventar sus problemáticas. Por otro
lado esta suposición indica que la sociedad será democrática a partir del hecho
que los ciudadanos, sus actores principales, estén también inmersos en un
proceso creciente de exigir esta rendición de cuenta”. (Scotto 2002 citado por
Marcareño 2003:69)
En Venezuela a partir de la promulgación de la
Constitución de 1999, la participación ciudadana pasó a tener rango
constitucional y comenzó a ser analizado e incluido en muchas de las
planificaciones de políticas públicas a nivel nacional, regional y municipal. Sus
diferentes sentidos ya sea como principio, derecho, deber, espacio o instancia de
participación, describen un nuevo modelo sociopolítico en el cual la sociedad
entra a jugar un papel primordial en el desarrollo y solución de sus problemas.
La puesta en práctica de mecanismos de participación
como los llamados Consejos Comunales a partir del 2007, infiere la pretensión del
Gobierno Nacional en brindarles a las comunidades organizadas las herramientas
necesarias para solucionar sus problemas y cooperar de manera conjunta en el
desarrollo local.
Esta novísima forma de organización aún con múltiples
fallas y deficiencias, no debe quedar tan solo en la simple transferencia de
recursos por parte del órgano central, se deben modular esfuerzos y trabajos de
supervisión con los órganos municipales y regionales a fin de articular el
trabajo técnico y de asesoramiento para que estos recursos no se diluyan y la
equidad, la eficiencia, eficacia y transparencia resalten en cada uno de los
proyectos o programas a realizar.
El surgimiento del binomio Estado- Sociedad
El nuevo papel del Estado y la sociedad pasa por la
construcción de una gestión que combine la satisfacción de las necesidades de
los ciudadanos así como la transformación de los entes públicos en
organizaciones con mayor capacidad y efectividad. Esta interrelación busca
mejorar la legitimidad de los gobiernos
y afianzar la democracia como el modelo idóneo de libertades. Tal como
lo expresa Vargas (2010), organismos que actúan en América latina tales como el
Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Programa
de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), consideran a la participación
ciudadana como un componente fundamental en el desarrollo de las naciones y la
consolidación de las nacientes democracias. Superar etapas de pobreza,
dictaduras y violencia, ha sido un esfuerzo emprendido por los gobiernos del
hemisferio como alternativa para brindar confianza a las sociedades y reconocer
que solo el trabajo conjunto entre el Estado y la sociedad, puede generar
beneficios en un mundo globalizado y con los altibajos económicos que presenta.
La importancia de la sociedad civil ha crecido en los
últimos años, no sólo en los espacios académicos e intelectuales sino
también en el ámbito político y
social. El surgimiento de este
fenómeno no ha sido un hecho fortuito o casual, entre las causas se pueden
destacar; a) La crisis de los partidos políticos, los cuales desviaron su papel
como actor fundamental en una democracia, perdiendo la cualidad o capacidad de
representar los intereses y necesidades de la población. Lejos de cumplir con
esta facultad brindada por los ciudadanos, desvirtuaron su razón de ser y ser
convirtieron en cúpulas clientelares y negociantes de cuotas de poder; b) la
necesidad de redefinir el papel del Estado en virtud de la aparición de nuevos
actores y movimientos sociales que buscan cumplir un rol preponderante en el
desarrollo de los pueblos, y; c) la
pérdida de eficacia y eficiencia del Estado benefactor
en la solución de los problemas estructurales de las sociedades, muchos de los
cuales a pesar de contar con inmensos recursos, no percibieron nuevas fórmulas
de gestión que les permitieran superar décadas de pobreza y desigualdad.
El equilibrio logrado a mediados de los años 50 con la
aparición del llamado Estado de Bienestar, sucumbió a mediados de los años
setenta y ochenta en especial en Latinoamérica debido a la aparición de
movimientos sociales alternativos a los ya tradicionales, las severas crisis
económicas que afrontaron los países de la región, así como los bajos índices
de crecimiento social que revelaron la incapacidad del Estado tradicional en
resolver fallas estructurales que impedían mejorar sustancialmente la calidad de
vida de sus ciudadanos.
La premisa predominante hasta los momentos de “mas
Estado, menos sociedad”, vislumbró un cambio importante para quienes impulsaba
“un menor Estado, mayor sociedad” como fórmula para resolver las diatribas
económicas y sociales que reinaban a finales del siglo XX. De acuerdo a lo
expresado por Pérez (2000) citado por Hernández (2009) este enfatiza la
necesidad de construir un equilibrio Estado – sociedad a fin de evitar los
excesos macroeconómicos y sociales que se habían presentado, en el cual las
iniciativas ciudadanas debían ser parte de las políticas implementadas por el
Estado y en donde los fines de este, se solapen con las necesidades de la
sociedad.
El Consejo
Comunal como actor en la sociedad venezolana.
La aparición de la participación ciudadana como una
herramienta que permite legitimar el Estado y fortalecer los procesos
democráticos, ha sido el centro de constantes análisis a favor y en contra en
Venezuela. Los esfuerzos por procurar perfeccionar este mecanismo que apenas
comienza a tomar figura, han sido objeto de descalificaciones, agravios y malas
interpretaciones de su verdadera esencia dentro de un modelo de sociedad que
exige la cooperación para la solución de los múltiples problemas públicos, los
cuales aquejan a las sociedades
latinoamericanas y en especial a la venezolana.
Es por ello que es recomendable destacar el concepto
de Participación Ciudadana a fin de engranar la figura del Consejo Comunal. “Por participación se entiende el proceso a
través del cual distintos sujetos sociales y colectivos, en función de sus
respectivos intereses y de la lectura que hacen de su entorno intervienen en la
marcha de los asuntos colectivos con el fin de mantener, reformar o transformar
el orden social y político.” (Velásquez y González, 2004 citado por
Maingon 2006)
Sobre esta definición existe un consenso entre los
investigadores de ubicar a la participación ciudadana en el ámbito local, es
decir, sobre la base de los gobiernos municipales los cuales sostienen la
relación más inmediata con las comunidades. Reforzar esta capacidad con el
apoyo y corresponsabilidad de las comunidades, refiere a mejorar sus
capacidades de interrelación y los recursos para satisfacer efectivamente las
necesidades de los ciudadanos. Para lograr este fin, es necesario organizar,
capacitar y preparar a las comunidades para la obtención de los resultados
esperados.
La participación en Venezuela va más allá de un
derecho y un deber político consagrado en el artículo 62 y 132 de la
Constitución, busca convertirse en una estrategia para la transformación del
Estado de modo de desarrollarlo como un Estado democrático que utilice de manera
transparente, eficiente y eficaz las capacidades y habilidades de una sociedad
venezolana urgida de soluciones a sus problemas.
En tal sentido la figura del Consejo Comunal es un
medio de participación ciudadana, cuyo objetivo principal es que el pueblo o
ciudadanía, ejerza directamente la gestión de las políticas públicas y
proyectos en su comunidad, tal como lo establece el artículo 2 de la Ley de los
Consejos Comunales. De igual forma, presentan una estructura organizativa,
funciones para sus miembros y deberes para con la sociedad a la cual se deben.
Todo ello enmarcado en la premisa de que la organización es pilar fundamental
en la solución de las diferentes problemáticas sociales.
Destacar cual ha sido el balance de los Consejos
Comunales en el cumplimiento de su rol dentro de la sociedad venezolana, requiere de un análisis exhaustivo y
objetivo, para lo cual habría que revisar su comportamiento en la solución de
los problemas, la capacidad de acoplarse a las realidades sociales y políticas
de las regiones, la obligación de mantener capacitados a sus funcionarios y
sobre todo la necesidad de fomentar y convencer a toda la comunidad en
participar integralmente.
La
iniciativa de los Consejos Comunales no debe quedar tan solo en una estructura que
se convierta en una carga burocracia y saturada de intereses personales o
colectivos, debe servir de base para la consolidación de la sociedad venezolana
y la superación de décadas de atraso, pobreza y desigualdad. De igual manera
debe procurar convertirse en el mecanismo directo para la solución de los
problemas locales en conjunción con los gobiernos municipales y regionales, a
fin de integrarse bajo un modelo de desarrollo endógeno que le permitan obtener
los resultados que enarbola su propósito de creación.
Conclusión
Los tiempos actuales exigen del Estado y la sociedad
mayor compromiso e interrelación en la solución de los problemas. Ya no es
suficiente la noción de política pública centrada en la función gubernamental.
Del mismo modo, la sociedad no puede seguir inerte ante los innumerables
problemas que aquejan a los ciudadanos y ante el desbordamiento de intereses
por parte de otros actores sociales.
La distinción entre política pública y acción pública está en el centro de las
transformaciones de la relación Estado-sociedad. En las sociedades modernas
donde se ha integrado tal relación gracias al desempeño democrático de sus
ciudadanos y sus organizaciones, la política pública tiende a concebirse más
como una acción que involucra activamente a los actores sociales
que como intervención gubernamental que promueve la participación social.
La corresponsabilidad Estado – sociedad tan enarbolada
a fines de la década de los noventa en Venezuela, no debe quedar tan solo en la
conformación de los Consejos Comunales y de las estructuras que la componen. El
cumplimiento cabal de su función mediadora a nivel local, requiere del
perfeccionamiento de sus objetivos, la capacitación de sus integrantes así como
la evaluación continua de sus gestión
por parte del todos los integrantes de esa comunidad. Tampoco debe descollar en este modelo de organización social, la
aparición cuotas de poder o de ambiciones desproporcionadas que desvirtúen la
razón fundamental del Consejo Comunal.
Bibliografía:
Canto, M. (2006) “las políticas
públicas participativas, las organizaciones de base y la construcción de
espacios públicos de concertación local.” Universidad Autónoma
Metropolitana. México.
Hernández, J. (2009) “Política
y Políticas Públicas, complejidad y decisiones”. CENDES. Universidad
Metropolitana. Caracas, Venezuela.
Mascareño, C. (2003) “Políticas
públicas siglo XXI: caso venezolano”. CENDES, Caracas, Venezuela.
Maingon, T. (2006) “Balance
y perspectivas de la política social en Venezuela”. CENDES. Caracas,
Venezuela.
EXCELENTE! INTERESANTE PERSPECTIVA ACERCA DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS EN EL MARCO DE LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN VENEZUELA.
ResponderEliminarElementos que permiten fortalecer la construcción del gobierno local excelente escrito
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