Palabras Claves: Desarrollo
Endógeno, Desigualdad, Pobreza, Política Social
Resumen:
La realidad social de los países
latinoamericanos a comienzos del siglo XXI, presenta incoherencias que se
reflejan en los altos índice de pobreza y desigualdad social muy a pesar de los
inmensos recursos naturales y de las potencialidades de la región. Los
mecanismos de desarrollo aplicados convergieron en experimentos y reproducciones
de modelos no adaptados a la realidad local. El desarrollo Endógeno como
herramienta para alcanzar las metas de desarrollo y satisfacer las necesidades
de los ciudadanos, enfrenta una serie de retos a vencer, entre ellos reducir
los altos índices de pobreza y la inequidad social presentes.
Keywords: Development Endogenous,
Inequality, Poverty, Social Policy
Abstract: The
social reality of Latin America in the early twenty-first century, presents
inconsistencies reflected in high levels of poverty and social inequality in
spite of the immense natural resources and potentialities of the region.
Applied developmental mechanisms views converged on model experiments and not adapted
to local realities. Endogenous development as a tool to achieve development
goals and meet the needs of citizens, faces a number of challenges to overcome,
including reducing the high rates of poverty and social inequity present.
Introducción:
La pobreza y la
desigualdad en América Latina y el Caribe (ALC) presentan dos aspectos en particular que deben ser
analizados: su persistencia a lo largo del tiempo y su multiplicidad de
dimensiones a pesar del crecimiento económico. Ante el fracaso de los modelos
de desarrollo del siglo XX, la región está en la búsqueda de soluciones a los
grandes problemas que la afectan y así alcanzar la calidad de vida que sus
ciudadanos por derecho se merecen.
El
Premio Nóbel de Economía Joseph Stiglitz, ex Vicepresidente del Banco Mundial,
ha sostenido que la experiencia latinoamericana sugiere que deberíamos
reexaminar, rehacer y ampliar los conocimientos sobre la economía del
desarrollo que son tomados como verdad (Stiglitz; 1998) y, más recientemente,
que “el desarrollo abarca no sólo recursos y capital sino una transformación de
la sociedad.” (Stiglitz; 2002).
Bajo
esta premisa los estudios y análisis del Desarrollo Endógeno pretenden
encontrar las dimensiones generales y particulares de cada nación que inciden
en que los estados latinoamericanos y del Caribe presenten cifras poco
anheladas en cuanto a pobreza y desigualdad social a fin de disminuir la gran
brecha que hace de estos fenómenos en el hemisferio un aspecto que requiere con
urgencia ser acometido.
El crecimiento económico y el desarrollo, una utopía.
El
crecimiento económico de América Latina y el Caribe ha sido notable en las
últimas décadas tal como se puede observar en los datos aportados por el
Programa de las Naciones para el Desarrollo (PNUD) en su Informe técnico elaborado a solicitud del gobierno de Colombia país organizador y
sede de la VI Cumbre de las Américas (2011).
A pesar de los datos alentadores que exhibe el
informe en cuanto a la capacidad de resistir la crisis económica global por
parte de muchos países latinoamericanos, de igual forma se presentan una serie
de interrogantes: ¿es realmente el crecimiento económico un eficaz instrumento
para la superación de la pobreza y la inequidad social generalizada en la
región? ¿Cuál es el impacto del crecimiento en países que ya poseen una larga
historia de elevada desigual y exclusión social? Desde hace más de una década
esta interrogante está presente en economistas, analistas, dirigentes sociales y
políticos que buscan incesantemente respuestas claras, objetivas y precisas. Los
cambios sociales y políticos ocurridos en la época reciente dan fe de la
preocupación de los ciudadanos en la búsqueda de empleo, calidad de vida,
disminución de la pobreza y de un fenómeno que ella genera y está haciendo
estragos en la sociedad como lo es la violencia.
El
escenario de desigualdad social parece ser un ambiente propicio no solo para
aquellas políticas de crecimiento económico nacionales puedan otorgar
resultados productivos sino también para generar los rendimientos crecientes
que permitan que la acumulación de capital cumpla con su rol de motor del
desarrollo endógeno. Un aspecto a considerar son los bajos niveles
educacionales que obstaculizan la expansión de las innovaciones, nuevas formas
productivas prácticas y flexibles y el desarrollo de una nueva
institucionalidad con mayores mecanismos de participación ciudadana. Estos tres
elementos conforman la clave para el desarrollo endógeno.
En
el contexto de elevada desigualdad social, Lustig, Arias y Rigolini (2002) enunciaron
que esta no solo tiene enormes
impactos sobre la sociedad sino que responde a profundas causas, enraizadas en la estructura y funcionamiento
de nuestras naciones. Las raíces que actúan directamente a través de la
desigualdad social o a la par de otros fenómenos sociales como el
analfabetismo, la corrupción y la ideología, generan nuevas formas de exclusión
social y van dejando estrechos márgenes de libertad a cualquier proyecto de desarrollo
endógeno.
La
desigualdad social y la pobreza en Latinoamérica producen de igual forma una
percepción negativa hacia las políticas
económicas y la pérdida de apoyo político hacia los gobiernos, sirviendo de
plataforma para proyectos casi extintos
en el mundo como las dictaduras y alentando modelos populistas, clientelistas y
paternalistas. De igual esta inequidad incrementa la desconfianza al interior
de los grupos sociales y reduce la formación de capital social y la operación
en redes, primordial para el desarrollo local.
Las políticas sociales como herramientas primordiales
Otro
aspecto a considerar en la lucha contra la desigualdad y la pobreza lo
constituyen las políticas sociales implementadas por las naciones, los
promedios de inversión del PIB en programas sociales son satisfactorios en
América Latina y el Caribe (ALC), ¿Qué ocurre entonces? ¿Por qué estos planes
no inciden claramente en la reducción de la pobreza y desigualdad?. Para Joan
Prats, “no se lucha eficazmente contra la desigualdad sólo con las políticas
sociales. La superación de las desigualdades sociales afecta al conjunto de las
políticas públicas, pero sobre todo exige la alteración de los equilibrios de
poder y de las reglas del juego entre los diferentes actores sociales, es
decir, la reforma institucional” (Prats;2004).
En
el análisis de la desigualdad social nos encontramos que está caracterizada por
dimensiones éticas que impactan sobre la legitimidad en la democracia y la
gobernabilidad. Los altos índices de abstención en los procesos electorales de
Latinoamérica y la poca participación de la ciudadanía en el diseño e
implementación de las políticas públicas, muestran una tendencia poco favorable
a la solución de los problemas públicos. La búsqueda de la equidad en la
distribución de los ingresos e inversiones constituye un enorme reto para los
gobernantes que deseen sustentar su legitimidad en resultados y no en promesas
mesiánicas.
Tal
realidad contrasta con lo expresado por Prats (2004) al afirmar que “en América
Latina la desigualdad no es la consecuencia sino la causa de las imperfecciones
de la democracia, de los mercados, del estado de derecho, de la eficacia del
Estado así como de la extremada polarización social y política. Si su reducción
progresiva no se pone como prioridad de la agenda de desarrollo nuevas
frustraciones acompañarán sin duda a los nuevos programas que se propongan”
Conclusiones:
A partir de la introducción del modelo de Desarrollo Endógeno en
Latinoamérica a finales de la década pasada, la región ha emprendido nuevos
objetivos, impulsándose una agenda multisectorial para promover la reducción de
la pobreza, y el desarrollo sostenible. Por ello es imprescindible orientar
todos los esfuerzos en la consecución de estos objetivos, planteándose relanzar
esta agenda de desarrollo con una visión prospectiva, fijándose metas claras y
objetivas sobre aquellas dimensiones particulares que tienen impacto en el
desarrollo de los países.
América latina y el Caribe requieren
de políticas públicas coherentes, efectivas y sustentables fiscalmente que deben
ser herramientas para atender los que deben ser objetivos medulares en las
agendas de los gobiernos; reducir la pobreza y la desigualdad con una noción
multidimensional, es decir tomando en cuenta la educación como instrumento
principal y reafirmando una reforma institucional que permitan adaptarse a las
realidades y necesidades de cada país o localidad.
Por último las políticas sociales deben enfocarse en dos objetivos
definidos: la justa distribución en la cobertura y su sostenibilidad en el
tiempo. El logro de estas metas favorecerá sin duda a crear sociedades
estables, cultas, conectadas y promotoras del crecimiento económico y del
desarrollo endógeno y local.
Referencias bibliográficas:
VERGARA, P
(2004) ¿Es posible el Desarrollo Endógeno en territorios pobres y socialmente
desiguales?. Ciencia Sociales Online, revista electrónica. Universidad Viña del
Mar, Chile.
Documento técnico elaborado por el PROGRAMA DE
NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO (PNUD) A solicitud del Gobierno de Colombia País
Organizador y Sede de la VI CUMBRE DE LAS AMERICAS. (2011)
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