lunes, 7 de mayo de 2012

El Desarrollo Endógeno y su postura ante las desigualdades sociales en América Latina. Un reto para las próximas generaciones



Palabras Claves: Desarrollo Endógeno, Desigualdad,  Pobreza, Política Social

Resumen: La realidad social de los países latinoamericanos a comienzos del siglo XXI, presenta incoherencias que se reflejan en los altos índice de pobreza y desigualdad social muy a pesar de los inmensos recursos naturales y de las potencialidades de la región. Los mecanismos de desarrollo aplicados convergieron en experimentos y reproducciones de modelos no adaptados a la realidad local. El desarrollo Endógeno como herramienta para alcanzar las metas de desarrollo y satisfacer las necesidades de los ciudadanos, enfrenta una serie de retos a vencer, entre ellos reducir los altos índices de pobreza y la inequidad social presentes.

Keywords: Development Endogenous, Inequality, Poverty, Social Policy

Abstract: The social reality of Latin America in the early twenty-first century, presents inconsistencies reflected in high levels of poverty and social inequality in spite of the immense natural resources and potentialities of the region. Applied developmental mechanisms views converged on model experiments and not adapted to local realities. Endogenous development as a tool to achieve development goals and meet the needs of citizens, faces a number of challenges to overcome, including reducing the high rates of poverty and social inequity present.


Introducción:

La pobreza y la desigualdad en América Latina y el Caribe (ALC) presentan dos  aspectos en particular que deben ser analizados: su persistencia a lo largo del tiempo y su multiplicidad de dimensiones a pesar del crecimiento económico. Ante el fracaso de los modelos de desarrollo del siglo XX, la región está en la búsqueda de soluciones a los grandes problemas que la afectan y así alcanzar la calidad de vida que sus ciudadanos por derecho se merecen.

El Premio Nóbel de Economía Joseph Stiglitz, ex Vicepresidente del Banco Mundial, ha sostenido que la experiencia latinoamericana sugiere que deberíamos reexaminar, rehacer y ampliar los conocimientos sobre la economía del desarrollo que son tomados como verdad (Stiglitz; 1998) y, más recientemente, que “el desarrollo abarca no sólo recursos y capital sino una transformación de la sociedad.” (Stiglitz; 2002).

Bajo esta premisa los estudios y análisis del Desarrollo Endógeno pretenden encontrar las dimensiones generales y particulares de cada nación que inciden en que los estados latinoamericanos y del Caribe presenten cifras poco anheladas en cuanto a pobreza y desigualdad social a fin de disminuir la gran brecha que hace de estos fenómenos en el hemisferio un aspecto que requiere con urgencia ser acometido.


El crecimiento económico y el desarrollo, una utopía.

El crecimiento económico de América Latina y el Caribe ha sido notable en las últimas décadas tal como se puede observar en los datos aportados por el Programa de las Naciones para el Desarrollo (PNUD) en su Informe técnico elaborado a solicitud del gobierno de Colombia país organizador y sede de la VI Cumbre de las Américas (2011).

A pesar de los datos alentadores que exhibe el informe en cuanto a la capacidad de resistir la crisis económica global por parte de muchos países latinoamericanos, de igual forma se presentan una serie de interrogantes: ¿es realmente el crecimiento económico un eficaz instrumento para la superación de la pobreza y la inequidad social generalizada en la región? ¿Cuál es el impacto del crecimiento en países que ya poseen una larga historia de elevada desigual y exclusión social? Desde hace más de una década esta interrogante está presente en economistas, analistas, dirigentes sociales y políticos que buscan incesantemente respuestas claras, objetivas y precisas. Los cambios sociales y políticos ocurridos en la época reciente dan fe de la preocupación de los ciudadanos en la búsqueda de empleo, calidad de vida, disminución de la pobreza y de un fenómeno que ella genera y está haciendo estragos en la sociedad como lo es la violencia.

El escenario de desigualdad social parece ser un ambiente propicio no solo para aquellas políticas de crecimiento económico nacionales puedan otorgar resultados productivos sino también para generar los rendimientos crecientes que permitan que la acumulación de capital cumpla con su rol de motor del desarrollo endógeno. Un aspecto a considerar son los bajos niveles educacionales que obstaculizan la expansión de las innovaciones, nuevas formas productivas prácticas y flexibles y el desarrollo de una nueva institucionalidad con mayores mecanismos de participación ciudadana. Estos tres elementos conforman la clave para el desarrollo endógeno.

En el contexto de elevada desigualdad social, Lustig, Arias y Rigolini (2002) enunciaron que esta no solo tiene enormes impactos sobre la sociedad sino que responde a profundas causas, enraizadas en la estructura y funcionamiento de nuestras naciones. Las raíces que actúan directamente a través de la desigualdad social o a la par de otros fenómenos sociales como el analfabetismo, la corrupción y la ideología, generan nuevas formas de exclusión social y van dejando estrechos márgenes de libertad a cualquier proyecto de desarrollo endógeno.

La desigualdad social y la pobreza en Latinoamérica producen de igual forma una percepción negativa  hacia las políticas económicas y la pérdida de apoyo político hacia los gobiernos, sirviendo de plataforma  para proyectos casi extintos en el mundo como las dictaduras y alentando modelos populistas, clientelistas y paternalistas. De igual esta inequidad incrementa la desconfianza al interior de los grupos sociales y reduce la formación de capital social y la operación en redes, primordial para el desarrollo local.


Las políticas sociales como herramientas primordiales

Otro aspecto a considerar en la lucha contra la desigualdad y la pobreza lo constituyen las políticas sociales implementadas por las naciones, los promedios de inversión del PIB en programas sociales son satisfactorios en América Latina y el Caribe (ALC), ¿Qué ocurre entonces? ¿Por qué estos planes no inciden claramente en la reducción de la pobreza y desigualdad?. Para Joan Prats, “no se lucha eficazmente contra la desigualdad sólo con las políticas sociales. La superación de las desigualdades sociales afecta al conjunto de las políticas públicas, pero sobre todo exige la alteración de los equilibrios de poder y de las reglas del juego entre los diferentes actores sociales, es decir, la reforma institucional” (Prats;2004).

En el análisis de la desigualdad social nos encontramos que está caracterizada por dimensiones éticas que impactan sobre la legitimidad en la democracia y la gobernabilidad. Los altos índices de abstención en los procesos electorales de Latinoamérica y la poca participación de la ciudadanía en el diseño e implementación de las políticas públicas, muestran una tendencia poco favorable a la solución de los problemas públicos. La búsqueda de la equidad en la distribución de los ingresos e inversiones constituye un enorme reto para los gobernantes que deseen sustentar su legitimidad en resultados y no en promesas mesiánicas.

Tal realidad contrasta con lo expresado por Prats (2004) al afirmar que “en América Latina la desigualdad no es la consecuencia sino la causa de las imperfecciones de la democracia, de los mercados, del estado de derecho, de la eficacia del Estado así como de la extremada polarización social y política. Si su reducción progresiva no se pone como prioridad de la agenda de desarrollo nuevas frustraciones acompañarán sin duda a los nuevos programas que se propongan”


Conclusiones:

A partir de la introducción del modelo de Desarrollo Endógeno en Latinoamérica a finales de la década pasada, la región ha emprendido nuevos objetivos, impulsándose una agenda multisectorial para promover la reducción de la pobreza, y el desarrollo sostenible. Por ello es imprescindible orientar todos los esfuerzos en la consecución de estos objetivos, planteándose relanzar esta agenda de desarrollo con una visión prospectiva, fijándose metas claras y objetivas sobre aquellas dimensiones particulares que tienen impacto en el desarrollo de los países.

            América latina y el Caribe requieren de políticas públicas coherentes, efectivas y sustentables fiscalmente que deben ser herramientas para atender los que deben ser objetivos medulares en las agendas de los gobiernos; reducir la pobreza y la desigualdad con una noción multidimensional, es decir tomando en cuenta la educación como instrumento principal y reafirmando una reforma institucional que permitan adaptarse a las realidades y necesidades de cada país o localidad.

Por último las políticas sociales deben enfocarse en dos objetivos definidos: la justa distribución en la cobertura y su sostenibilidad en el tiempo. El logro de estas metas favorecerá sin duda a crear sociedades estables, cultas, conectadas y promotoras del crecimiento económico y del desarrollo endógeno y local.


Referencias bibliográficas:
VERGARA, P (2004) ¿Es posible el Desarrollo Endógeno en territorios pobres y socialmente desiguales?. Ciencia Sociales Online, revista electrónica. Universidad Viña del Mar, Chile.

Documento técnico elaborado por el PROGRAMA DE NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO (PNUD) A solicitud del Gobierno de Colombia País Organizador y Sede de la VI CUMBRE DE LAS AMERICAS. (2011)

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